LA LEALTAD LABORAL EN LAS NUEVAS GENERACIONES


Las empresas día a día van evolucionando y adaptándose en función de sus empleados. En esta ocasión, compartimos con ustedes lo importante que resulta un buen liderazgo en el ambiente laboral.

Por Tomás Mayorga


En su primera película protagonizada en el 2015 (The Intern – El Pasante de Moda), Robert De Niro interpreta el papel de Ben, un ejecutivo de 70 años ya retirado que decide volver a trabajar como pasante en una pequeña compañía de e-commerce en rápido crecimiento. Más allá de la simpática trama, la película muestra algunas de las diferencias generacionales entre este amable personaje y la mayoría de los jóvenes empleados que terminan apoyándose en él, pidiendo consejos y tomándolo como referente.

Por primera vez en la historia, las empresas cuentan con cuatro generaciones compartiendo el mismo lugar de trabajo: Builders (nacidos antes de 1945), Baby Boomers (1946-1963), Generacion X (1964-1980) y los Millennials (1981-1995). En la actualidad, las compañías siguen intentando amoldarse a esta última generación que también es conocida como la Generación Y. Son el grupo de entre 19 y 39 años de edad, nacidos en medio de la revolución tecnológica, y acostumbrados a las redes sociales.

La Real Academia Española define a una generación como el conjunto de personas que, habiendo nacido en fechas próximas y recibido educación e influjos culturales y sociales semejantes, adoptan una actitud de cierto modo común en el ámbito del pensamiento o de la creación.

Esta definición explica por qué existen diferencias entre las distintas generaciones de una misma empresa. No es lo mismo haber crecido en la época de la posguerra, luego de la segunda guerra mundial, que haberlo hecho en la década en la que explotaba el fenómeno de internet y nacía Google. Lógicamente las experiencias de vida, algunas costumbres y los horizontes de precomprensión cambian de una generación a otra.

Estas diferencias generacionales se suman a otros cambios en el mundo empresarial que a veces generan discrepancias. Por ejemplo, la estructura vertical que antes comúnmente se utilizaba en las compañías, va dejando paso a una estructura horizontal, donde predominan los equipos de trabajo y se fomenta la colaboración y comunicación.   

La importancia de un buen liderazgo

A pesar de las diferencias generacionales, cambios de estructuras y formas de trabajo, hay algo que todavía no ha cambiado con el correr del tiempo: el poder y la influencia de un buen liderazgo. El mensaje “tú realmente me importas” es algo que ya no se encuentra fácilmente ni del lado del empleador ni del lado del empleado. En muchos casos solo parecen importar los números y el lucro.

Sin embargo, todavía existen líderes que adoptan una actitud casi paternal con sus empleados y demuestran interés por el desarrollo personal y profesional, delegando responsabilidades y depositando su confianza en ellos. Son estos líderes quienes inspiran y ganan la confianza de los más jóvenes. Aquellos líderes que trabajan servicialmente a disposición de sus empleados y se muestran siempre transparentes e íntegros, son aquellos que van a lograr finalmente la lealtad de las nuevas generaciones.


Tomás Mayorga es estudiante de maestría en administración de empresas (MBA) en Sam Houston State University. Puedes contactarlo al correo tomasmayo86@hotmail.com

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