El año de las decisiones difíciles
Está por finalizar el 2020, un año de retos, difíciles decisiones y muchos cambios. En esta edición, nuestra columnista Ana Willis hace un recorrido por estos retos a los que nos hemos tenido que enfrentar como individuos.
Este año sin duda ha sido un año de retos. Con la llegada de la pandemia y las consecuencias que ésta ha traído a nivel mundial, los humanos hemos sido retados como especie. A nivel global, gobiernos y autoridades han tenido que evaluar y aplicar medidas para proteger a los sistemas de salud buscando salvar el mayor número de vidas posibles. A nivel local, gobernadores y jueces han tenido que definir las necesidades de su estado para adecuar la realidad a lo que sus habitantes necesitan. A nivel social, se ha tenido que dar prioridad a la salud y su protección ante eventos y festejos tradicionales.
Y a nivel personal, ¿qué decisiones difíciles hemos tenido que tomar? Desde visitar a nuestros seres queridos o asistir a eventos familiares, decidir acerca de la educación de nuestros hijos o planear viajes y reuniones de trabajo, este año el reto principal ha sido la toma de decisiones con claridad.
El reto más grande que hemos vivido a nivel individual es el confrontarnos con nosotros mismos y nuestros principios y valores
Con la propagación del COVID-19, no sólo se presentó una dispersión del virus y los contagios sino también se disparó una ansiedad generalizada alrededor de ésta y de los muchos cambios que se han tenido que llevar a cabo como consecuencia. Decisiones que antes eran naturales o que no requerían de mayor análisis, ahora requieren de una evaluación detallada y minuciosa. El ver o no a la familia, el asistir a la escuela presencial o en línea, el viajar para las vacaciones, ir de compras o pedirlo online, salir a cenar con amigos, participar en actividades extracurriculares, todas decisiones ahora complicadas y causantes de ansiedad.
Quizás, lo difícil de estas decisiones no se basa en determinar cuál es la mejor decisión, lo difícil de estas decisiones es que nos hace cuestionarnos qué pensamos realmente y qué estamos dispuestos a hacer y arriesgar. Creo que el reto más grande que hemos vivido a nivel individual es el confrontarnos con nosotros mismos y nuestros principios y valores.
El fin de año, siempre es un buen momento para reflexionar acerca de las lecciones aprendidas
Identificar si las decisiones que tomamos son influenciadas por lo que los demás hacen o piensan y si somos capaces de llegar a nuestras propias conclusiones y sostenerlas aún cuando alguien ve las cosas de manera distinta. Cuando tomamos una decisión en base a lo que nosotros pensamos y estamos dispuestos a hacer, podemos asumir el riesgo y las consecuencias con mayor aceptación y con absoluta conciencia de ellas. Esto es un reto que tenemos los humanos siempre, pero que este año se ha hecho aún más evidente.
El fin de año, siempre es un buen momento para reflexionar acerca de las lecciones aprendidas. Que este año, el aprendizaje principal esté basado en nosotros mismos y en nuestra capacidad de tomar decisiones difíciles.
Ana Willis es psicóloga de México. Cuenta con Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica y entrenamiento en Terapia Familiar Sistémica. Actualmente consulta en al área de The Woodlands, TX. La puedes contactar por medio de su página resourcesbyanawillis.com