Mantener una comunicación efectiva con nuestros hijos

Por Ana Willis

Vivimos en un mundo tan acelerado y con tantas actividades en el día a día que a veces no nos detenemos a hablar realmente con nuestros hijos ¿escuchamos sus inquietudes y les compartimos las nuestras? En esta edición, Ana Willis, nuestra columnista de bienestar nos invita a hacer este ejercicio de abrir el canal de comunicación entre padres e hijos


Llegamos a agosto y para muchos esto significa que muchas familias comienzan a plantearse los propósitos del nuevo año escolar. Por lo general, un nuevo año escolar trae la ilusión de tener un nuevo comienzo y una nueva oportunidad para lograr eso que por tiempo hemos estado buscando. Luego de unas merecidas vacaciones, pensamos en que haremos más ejercicio, comeremos mejor, tendremos más paciencia y cumpliremos una meta. Todos buenos propósitos y buenos objetivos a tener. Sin embargo, hay un propósito en el que no siempre pensamos que es igual de importante que cuidar nuestra salud: hablar con nuestros hijos.  

Y no pensamos en hacer un propósito de esto porque por lo regular, diariamente “hablamos” con nuestros hijos. Les decimos que se acaben su comida, que se laven los dientes, que les queda media hora para jugar con el Ipad y que ya se vayan a dormir. Les preguntamos acerca de su día, de su trabajo y amigos en la escuela y de cómo  les fue en la clase extracurricular. 

Los niños tienen la capacidad de entender y adquirir conceptos que van desarrollando su capacidad de análisis y comprensión

Pero, ¿realmente estamos hablando con ellos? Realmente estamos escuchando sus inquietudes y compartiendo las nuestras? 

Hoy en día, vivimos en un mundo acelerado y en ocasiones angustiante. Corremos de una clase a otra y  nos enfocamos en sacar las tareas del día. Esto deja poco tiempo para conversar, para realmente sentarnos a escuchar con atención lo que nuestros hijos nos comentan. También deja poco tiempo para discutir temas importantes que pudieran estar inquietándonos y mejor no queremos mencionar. Es por esto que muchas veces, los temas incómodos son rezagados y abordados a cierta edad, bajo el formato de “La plática” donde se da un tipo de lección y se responden preguntas. Que bueno que se de esta “plática’, pero ¿por qué no desmenuzarla y hacerla parte del vocabulario y conversación cotidiana de la casa?

El acelerado ritmo de vida que llevamos nos deja poco tiempo para realmente sentarnos a escuchar con atención lo que nuestros hijos nos comentan 

Empezando desde  la infancia, los niños tienen la capacidad de entender y adquirir conceptos que van desarrollando su capacidad de análisis y comprensión. Poco a poco y con lenguaje adecuado se pueden introducir temas y discusiones que ayuden al niño a tener un mejor entendimiento del mundo en el que vive y de los retos a los que se enfrenta. Esto a su vez abre el canal de comunicación entre padres e hijos para futuras inquietudes.   No es necesario esperar a la adolescencia para tener estas pláticas. Hagamos de este nuevo año escolar, que nuestro principal propósito sea hablar y conectar más con nuestros hijos.  


Ana Willis es psicóloga de México. Cuenta con Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica y entrenamiento en Terapia Familiar Sistémica. Actualmente consulta en al área de The Woodlands, TX. La puedes contactar por medio de su página – resourcesbyanawillis.com

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