LA UNIVERSIDAD: ¿LONGHORNS, COUGARS, OWLS, O…?


Para muchos padres hispanos en Estados Unidos, una de las fases más complejas de la vida familiar es el momento de elegir una universidad que se acomode adecuadamente a nuestros hijos. En esta primera entrega de dos ediciones, la Dra. María Pérez nos ofrece varios consejos sobre este proceso.


Al culminar la preparatoria los padres hispanos enfrentamos nuevos desafíos, pues ha llegado el momento que en la cultura norteamericana se corta el cordón umbilical y los hijos emprenden el camino hacia la tan añorada independencia… ¿O no? Pues, ¿cómo podría considerarse independencia el giro de cheque tras cheque para financiar que vivan y coman fuera de casa, que estudien a millas de distancia, pero que por supuesto regresen para feriados  y vacaciones, también por cuenta de los padres?  Todo es relativo, pero según el grado de integración de nuestros hijos y las presiones de su grupo de amigos dependerá la influencia de este canto de sirena. Sin embargo, ánimo padres, empecemos por analizar las ventajas y desventajas de las muchas opciones disponibles para poder decidir cuál mejor se acomoda a nuestras familias.

Aspectos académicos

Comenzaremos con una breve descripción de los estudios profesionales en EE.UU. en que no se ingresa directamente a las carreras de doctorado: medicina, odontología o derecho, sino a los primeros cuatro años de preparación general del que puede derivarse un título en las ciencias (Bachelor of Science) o las humanidades (Bachelor of Arts). Otras carreras, como pedagogía, contabilidad, mercadotecnia, administración de empresas, enfermería, fisioterapia, comunicaciones, sí se completan en el período de cuatro años y reciben de manera similar el título de licenciado.

La mayoría de estos programas incluyen asignaturas obligatorias y otras clases electivas u opcionales, ofreciendo gran flexibilidad en el programa de estudios. Carreras como ingeniería o arquitectura son  mucho más estructuradas en una secuencia de cursos que pueden requerir entre 4-5 años de estudios según la institución universitaria. De esta manera para la mayoría de los estudiantes, los dos primeros años de la universidad constituyen un período de exploración antes de comenzar con los requisitos específicos al campo profesional seleccionado, por lo que, frecuentemente ocurren cambios de 180 grados respecto a los intereses iniciales. Esta flexibilidad ayuda a los que aún no están muy decididos, pero puede prolongar el tiempo de estudios y por consiguiente el costo para los padres.  Aún en carreras de cuatro años, la mayoría de estudiantes termina en cinco años o más.

Aspectos financieros

El costo de la educación universitaria es verdaderamente astronómico, pero existen muchas variables que podrían ayudar en la decisión:

Las universidades públicas estatales. El estado de Texas cuenta con excelentes instituciones como la Universidad de Texas, con diferentes planteles a través del estado, siendo la de Austin la de mayor distinción;  la Universidad Texas A & M, en College Station y planteles en otras ciudades;  y la Universidad de Houston, que ha sido reconocida como Tier One University (el más alto estrato) y Hispanic Serving Institution (Institución al servicio de los hispanos) en los últimos años, y que además tiene un Honors College sumamente selectivo para estudiantes de alto rendimiento académico. Estas universidades tienen una tarifa especial para residentes del estado, oportunidades de becas para estudiantes de bajos recursos, y son competitivas en su proceso de ingreso en que se respeta la regla de ingreso automático para estudiantes de alto promedio académico o el 10% máximo de su clase. Como tal, estas universidades ofrecen la deseada independencia pero manteniendo la cercanía y con un costo relativamente bajo. A su vez, permite que se mantengan las amistades pues muchos eligen asistir a las mismas escuelas.

Las universidades privadas. En el estado de Texas también se encuentran excelentes universidades privadas como Rice en Houston, Texas Christian University (TCU) y Southern Methodist University (SMU) en Fort Worth, St. Mary’s en San Antonio y Baylor en Waco, solo por dar algunos ejemplos. Estas universidades son más pequeñas, ofrecen un ambiente más personal, pero el costo es mayor que el de las universidades públicas. Fuera del estado, se encuentran universidades privadas para todos los gustos y tradiciones, desde las famosas “Ivy” de prestigio internacional como Harvard y Yale; hasta las joyas gemelas de Pomona y Claremont en California, o especialistas como Massachusetts Institute of Technology. Estas universidades VIP son altamente competitivas seleccionando a los mejores estudiantes del país y requieren una seria inversión de parte de los padres. Aunque las Ivy no ofrecen becas por excelencia académica o en deportes,  sí ofrecen becas a estudiantes de bajos recursos.

Colleges de dos años privados o estatales (Junior Colleges). Para los estudiantes que no están muy decididos o que prefieran vivir en casa, estas escuelas son una buena opción a un costo mucho menor. Ofrecen los cursos de preparación general que después se podrán transferir a instituciones de cuatro años. Esto no es una regla fija, y habría que verificar si los cursos son transferibles. También hay que considerar que al tener reglas de ingreso de menor exigencia académica y cursos de menor extensión, la preparación para futuras carreras puede ser de menor rendimiento.

Y por supuesto, existe otro factor sumamente importante al momento de decidirse por una universidad: el aspecto emocional. Este elemento lo abarcaremos en la segunda entrega de esta columna, que publicaremos en la próxima edición.


María Pérez es doctora en filosofía e investigadora especializada en temas de historia migratoria y políticas  de identidad regional. Para contactarla, puedes escribirle a meptx98@gmail.com

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